El amor es algo que no me gusta mencionar. Hay una parte de él sumamente íntima, celular e involuntaria que es aquella que se vive de un modo más perentorio. La gente cree que sólo eso es el amor y ofrecen de él una visión romántica, mágica, casi supersticiosa y falsa además de muy incompleta. El amor no es solamente algo expontaneo e involuntario. He descubierto que el amor tiene un componente importante de decisión personal y de voluntad. Esta faceta menos pasional del amor esta bajo nuestro control, y puede permitirnos transformar la realidad que nos rodea, asentando la parte positiva de nuestras relaciones personales. Yo aconsejo a aquellos cuya experiencia sea limitada que no basen nunca sus relaciones de amor, ya sean de pareja, familiares o de amistad, solamente en el amor visceral ni únicamente en su voluntad. Que se apoyen siempre en esas dos facetas a la vez, que son los dos componentes del amor, de modo parecido a como la física describe un vector, con su fuerza y su dirección. Esto te ayuda a sentirte feliz, pleno y libre, dueño absoluto de ti mismo y de tú vida.