De bebé se llora con rabia por causa de cualquier pequeño inconveniente. Pero a medida que creces muchas cosas pierden importancia. Ya no te escandaliza nada, ni te decepciona nadie más de lo decepcionado que ya estabas. La gente falla. es un hecho. Falla continuamente. La gente no vale nada. Se quejan de los navajazos que les dan los demás y al momento te los dan a ti por… prácticamente por nada que necesiten en realidad. Por una mezcla de maldad, instinto, estupidez y frustraciones. Vamos multiplicando una cadena de dolores innecesarios, de sufrimientos sin razón. Hasta que ya muchas cosas no te alteran, no te sorprenden.
Es imposible hacer que un reptil sienta vergüenza de serlo, por arrastrarse, por acechar taimado sus oportunidades como hace un cocodrilo en el río. Los humanos tampoco se avergüenzan realmente y son peores. Los hombres no muerden para comer sino porque sus inteligencias nacen ya enfermas. O te apartas de todos, o te haces pasar por ciego. No puede existir una civilización que integre solo a un minúsculo grupo de humanos decentes. Sería muy insegura. Tienes que vivir con todos los otros reptiles.
La hipocresía es nuestra civilización. Como el barrizal en el que se revuelve el cocodrilo.