amanecer-calle-arbatEl silencio no debe engañarte. Hay una atmósfera de quietud contagiosa a primera hora de la mañana. Sin embargo el mundo sigue girando sigilosamente. Sin parar jamás, los astros siguen recorriendo distancias enormes a velocidades que la mente puede medir pero no imaginar. Y todo en el más absoluto mutismo. La calma es un tigre agazapado que te observa. Que no te engañe la paz al comienzo del día. Al alba los acontecimientos ya están al acecho, los peligros avanzan y tú estás en mitad de su camino, siempre lo estás, y si topan contigo, tratarán de devorarte. La vida y la muerte nunca dejarán de perseguirte. Sigue corriendo.

El día no ha dormido durante la noche.