Verás a los pájaros volar, y a las nubes, sobre estos, corretear como niños hasta enfadarse y llorar. Contemplarás los charcos reflejar como espejos los juegos de las nubes y las sonrisas serán para ti amaneceres. En los albores tibios y en el frescor de la noche percibirás las fragancias de cada estación del año. Vas a admirar el destello en las pupilas mucho más brillante, como estrellas asomando. Disfrutarás en cada momento de un regalo siempre renovado. Se llama instante, y es lo mejor de la vida, por su significado, en el cual reside el de toda la eternidad y el de todas las cosas. El creador jamás te permitirá revelarlo obligándote a olvidar las palabras necesarias. Sin embargo lo podrás sentir y comprender mediante vivencias y emociones. Gozarás de lucidez y de alegría al saber que ahora todo va bien. Que pase lo que pase, todo irá siempre bien. Eres como el universo, una maravilla inexplicable, un capricho de Dios, que os habrá creado a tu risa y a ti pletóricos de felicidad. Todo irá bien. Todo irá siempre bien. Ya sabes que la calidez que se siente al tomar una mano está hecha con las caricias del sol. Que todo es calor de algún sol. Sabes que, de aquella gran explosión que convirtió el vacío en millones de universos, dejando la nada salpicada de galaxias, tú eres la gota más bella, más bonita, que jamás haya surgido desde semejante ebullición.
Hijo mío, bienvenido.