Desde arriba, una ciudad es parecida a una colonia de hormigas. Un trasiego de puntos que se mueven en fila, ya sean coches o personas. Me pregunto si las hormigas tendrán conciencia de sí mismas. Yo creo que sí, que todo animal es capaz de defenderse, y eso significa que saben que ellos son ellos. Cada hormiga parece ocupada. Cada persona también. Las hormigas nos parecen idénticas entre sí, pero las personas, vistas con cierta distancia no lo parecen menos. Nuestro funcionamiento no es menos automático.