Las-carreteras-mas-rectas-del-mundoSolo queda el horizonte.
Persisten el sol y la tarde.
Ecos lejanos de actividad. Hierbas secas en las cunetas. Parecen estar muertas, pero revivirán cuando yo no exista. Cuando mis hijos no vivan ya. Siempre habrá.

Aire caliente.
El mundo se ha aclarado mucho, es verdad. Todo ha resultado ser más simple. Más chato. Pero queda el misterio de las grandes explanadas vacías que están dentro de mí.
A lo lejos, oigo un tren. Lleva ilusiones, expectativas, afanes de otros. Antes llevaba los nuestros.
Un grillo se ha callado. Un motor, a lo lejos. Un vaso con un hielo casi derretido.
Notas en la pared que nadie ha leído. Unas fotos. ¡Qué mayores se han hecho! Los juguetes que regalamos. El perro que murió. Hermanos que no valía la pena tener. Besos desvanecidos y olvidados. Amigos de otras partes. Memoria borrada. Perdidas la indignación y el asombro. Extraviados el dolor y la tristeza. ilusiones dilapidadas.
Aun quedamos algunos. Como yo, que persisto como el sol y la tarde. Y la voluntad, que me mantiene seco bajo el peso del aire caliente, listo para arder y renacer cada año, igual que la hierba en las cunetas, siempre señalando al horizonte.monumentvalley1

 

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