burbujas-de-jabón

BORRADOR
Hay momentos que son una joya. Un placer secreto. El silencio cuando cae la nieve, el espectàculo del amanecer, el descanso después de la charla, la mirada al mar, o encontrarme con tus ojos. No debemos hablar con otros de nuestros instantes especiales. Son efímeras victorias en la batalla contra el tiempo. Creemos con ellas parar su avance, y hasta amigarnos con él. Detener el reloj por haber contenido la respiración. Encontrado un alivio, o un sentido a nuestro deambular. Pero no hay que vivir de ilusiones. Todo eso desaparece como el agua entre los dedos. Se desvanece en segundos. Queda simplemente una mezcla de ilusión con cierto onanismo azul. La estafa de la que somos objeto sigue ahí y seguirá pese a nuestros mejores momentos.