Tenemos que encontrar el modo de encauzar esto. Una vida sin dirección puede ser una magnífica aventura. Pero demasiado dolorosa.

¿Qué es mejor? Apretar los puños, cerrar con fuerza los párpados hasta que duelan, meditar, rezar, salir a correr, gritar… ¿Hacer inspiraciones, suspirar, sollozar, conducir el coche sin rumbo, mirar por la ventana, tomarte un calmante, beber, comer, meterte en la cama, caminar?

La única respuesta posible, con o sin trabajo, es trabajar. Trabajar y trabajar. Que no me f17653_340765719368174_839673453_nalten nunca las fuerzas, Señor.

Trabajar es luchar. Es ir a la guerra, por ti y por los tuyos. Por todos. Trabajar es matar enemigos.

Por eso, apretaré los puños,hasta que vuelva a sentir la rabia que me ayude a reaccionar. Cerraré con fuerza los párpados hasta que mis propósitos me marquen a hierro el cerebro. Voy a meditar hasta que las neuronas me devuelvan a la atención. Rezaré, por si alguien me oye y me ayuda. Correré y gritaré al mismo tiempo hasta que mis fantasmas huyan de mí. Respiraré hondo si siento ansiedad. Suspiraré por mi mujer, y lloraré por mis hijos y caminaré todo lo que sea necesario para pensar sin dejar de sentirme activo. Pero nunca más conduciré sin rumbo, ni me esconderé de la realidad bajo la almohada.

Solo pido fuerzas.