Silbo y canto continuamente. Incluso leyendo, o escribiendo. Incluso sumando, o preparando una hoja de cálculo con el ordenador. Siempre suena alguna canción, se oiga o no. Cuando no se me oye, puedo estar haciéndolo mentalmente. No me molesta. Es divertido, pero claro, es poco serio. Qué dirá la gente de un señor que pasa los días silbando o canturreando… También compongo. Soy un enorme compositor de canciones y sinfonías de gran repercusión entre gente como por ejemplo yo y mí mismo. 

Bueno, me gusta dar rodeos: lo que quería decirte es que hoy he tomado mi taza de café con leche, he ido al baño, me he quitado la camiseta del pijama de un tirón y luego he chutado los pantalones hacia el lavabo, y así, despelotado me he metido en la ducha rasgando una guitarra eléctrica imaginaria y cantando un estribillo, que si no se descubre la canción por ahí, será que me la he debido de inventar yo.
Bajo la lluvia y el champú he seguido cantándolo, con mucha marcha:

Tenlo presente:
No sé si te añoro a ti,
o simplemente 
al día en que te conocí.

Le he quitado los entes:

No sé si te añoro a ti.
o al día en que te conocí.

Los pareados se pueden admitir en las canciones, sobre todo en las malas.

Pues eso:

Yo no sé si te añoro a ti.
o al día en que te conocí.

A ver si mañana me levanto con otra estrofa.
Todos los derechos reservados a tope.