Dame pues tu agua si quieres para este día de calor. Dame frescor. Contágiame tu alegría. Pero yo poco te puedo aportar. Depositaré pensamientos sobre tus senos, aunque también amor. Te daré mi abrazo, mi sopor, mi tregua. Mis dudas yacerán junto a ti. Dormirás junto a mis cicatrices. ¿Eso quieres? ¿Verme inconsciente con los párpados arrugados? Si no deseas respirar el aliento de un convaleciente, lo podré comprender. Es tan escaso lo que puedo lograr para ti Yo beberé tu agua. ¿Tú qué obtendrás de mí?

(Escrito en el día de los 42 grados a la sombra)