descarga (5)

 

Hoy me ha ocurrido algo muy especial. Estaba lavándome las manos cuando, como es normal, he levantado la vista. Entonces ha sucedido. He descubierto al hombre que estaba al otro lado del espejo. ¡A pesar de tantos años sin verlo! Está mucho más mayor, claro. Muy cambiado. Eso da un poco de pena. Pero no me cabe duda: era yo. Me ha caído bien. Ha sido solamente un instante, pero preveo que va a aparecer cada vez más a menudo, hasta despedir definitivamente al joven, a ese joven inviable, que me empeño en no dejar de ser.

Estoy contento y deseando volverme a ver.