Tengo una luz en la mano izquierda.

Una llama pequeña, como una cerilla encendida. La tapo para que no la apague el viento. Parece tan débil…

La oculto con la derecha pero temo sofocarla.

Tengo una luz en mi mano.

Tengo una luz en mi mano. La quiero, la acaricio. Le sonrío.

Tengo una luz en mi mano.

No puedo ir a tu casa.

No puedo pasar a saludar a tus padres ni aceptar vuestra invitación para almorzar, presentándome allí con una llamita en la mano. No puedo.

Tengo una luz en mi mano.

Tengo una luz en mi mano. La quiero, la acaricio. Le sonrío.

Nada tiene de malo. de nada me tengo que avergonzar. Pero ha cambiado mi vida. Ya no debo conducir, ni surcar los túneles de la ciudad con las demás personas. Tan solo quiero ver esa pequeña lengua rojiza entre mis dedos.

Tengo una luz en mi mano. La quiero, la acaricio. Le sonrío.llama-en-la-mano-8563822

Tengo una luz en mi mano. Aún no sé para qué es, ni por qué existe. Si la encendí yo con un fósforo o si tú hiciste cosquillas en la palma de mi mano cuando yo dormía. No sé si me ha tocado un ángel o un diablo.  Acaso un cachorro de dragón, ha escupido sobre mí o ha defecado un pequeño fuego.

Tengo una luz en mi mano.

Quiero ponerla en mi pecho pero no puedo. Se que su sitio será mi frente.

Tengo una luz en mi mano.

Mientras tanto no puedo saludar a tus padres ni acudir a mi trabajo.

De nada me tengo que avergonzar. Pero ha cambiado mi vida.

Una llama pequeña, como una cerilla encendida.

La oculto para que no la apague el viento. Pero también temo sofocarla.

Tengo una luz en mi mano. La quiero, la acaricio.
Y cuando la cuido, sonrío.