He topado con una editorial que habla de que sus libros tienen una «perspectiva crítica». Ya nos imaginamos todos que sale en las tapas de sus libros un señor con las barbas muy crecidas, famoso por su manifiesto, al cual, por cierto, me precio de haber estudiado (disfrutando) bien, quizá más que muchos que lo usan como un santón, y lo sacan a colación como a la Virgen en Semana Santa, pero todo el puñetero año.
Y yo me pregunto:
¿Por qué le llaman crítico a ese tipo de discurso que es el cooficial desde hace décadas? Tenemos el planteamiento cooficial de la derecha y el planteamiento cooficial de la izquierda,, que es actualmente aún más dogmático, más rígido, más inamovible, excluyente, más intolerante aún que el de la derecha. Vivimos una época con dos discursos oficiales y el de la izquierda pretende hacerse pasar por crítico, cuando forma parte de la oficialidad del sistema en Europa. Pretende engañar de modo sistemático y agresivo. ¿Por qué le llaman crítico al discurso que simpatiza con las dictaduras que quedan en el mundo? ¿Qué critica ese discurso que respeta las narcodictaduras? ¿Qué critica si acepta el terrorismo mejor que la democracia? ¿Qué critica, si le parece razonable excluir a la mitad de la población o más que no comulga con sus planteamientos? ¿Qué critica intelectual puede consistir en llamar fascista a todo lo que se menea? ¿Critican al ministerio de la verdad? ¿Qué espíritu crítico hay en apuntarse a capitalizar todas las banderas que van surgiendo, a todas las tendencias nuevas en bloque, sin la menor capacidad de filtrar o matizar un solo enunciado? ¿Cómo se atreven a llamarse críticos si son los mismos que tienen el oligopolio de bufones mediáticos al servicio del político de turno? ¿O es al contrario y y el político de turno está al servicio de los bufones mediáticos y de sus accionistas? ¿Cómo se atreven a llamar texto crítico a vivir del refrito continuo de doctrinas decimonónicas que han ocasionado fracasos tan trágicos? ¿Cómo se atreven a llamar crítico a lo financiado por partidos y poderes políticos? ¡Es que hasta tiene gracia! ¿Hasta cuando van a vendernos la misma moto vieja, averiada y sin repuestos? Realmente, ¿no tienen nada nuevo que decir ni que ofrecer?