presentacion-opel-astragtc-12

Un humano sufre una amenaza en su vida que es similar a la de un coche cuya dirección se ha desequilibrado. Vas por la autopista y notas que necesitas ir corrigiendo continuamente, porque de otro modo, te irías a la cuneta. Lo del coche tiene fácil solución. El humano, en cambio, al conducirse a sí mismo, no siempre nota cuándo se tuerce.

Es bueno que nos avisemos unos a otros de que nuestra dirección nos aleja, sin darnos cuenta, de la zona adecuada de la carretera.