HORACuando la hora de la verdad es exactamente una hora,  un instante, o un día, es fácil dar lo mejor de uno mismo. Puedes esforzarte al máximo durante un lapso corto, determinado y decisivo. Pero cuando tenemos una responsabilidad muy importante la hora de la verdad tiende a ser casi continuamente, cada día y a todas las horas. A veces nuestra responsabilidad dura casi toda la vida. Y no somos capaces de dar lo mejor durante todo el tiempo. O por lo menos yo no podía.