Hay momentos de paz y de guerra.

De voluntad, de tesón, tristeza, de odio o de amor…

Para recordar, para soñar, para imaginar, para prever o desear.
Estados propicios a la queja, o al anhelo, y el sentimiento.

Instantes para reconocer y confesar.

Tiempos de mentir, de fingir, de callar, de ocultarse o mostrarse… Está la hora de temer, o la de ser un héroe. Tiendes a chillar, o a cantar. A veces hay que ser histriónico, teatral, exuberante, brillante, abundante, omnipresente… O tal vez toca contenerse, disimular, esconder, distraer… O se trata de merecer, atesorar, ganar, o de ceder, dejar, abandonar, permitir, concluir, defender.

Hay miseria y gloria. Interrogantes y síntesis. Hay trascendencia o hay frivolidad. Morbo y ascetismo. Sensualidad o firmeza. Concentración, diversión o dispersión.

Hay situaciones de fatiga. De ruptura, de descanso, descenso y recuperación…

Yo hoy percibo muy cerca ya los vientos de cambio.
Estoy sintiendo el cambio y la energía.
Tiempos de ultimar más proyectos e iniciar otros aún más importantes. Tiempos de culminar.