Aquella noche, como tantas otras, salí a contemplar desde la terraza el modo en que la noche suave recorría las calles y a encontrarme con mis reflexiones mirando las nubes. No es que tuviera nada contra las estrellas, pero en Madrid no se ven fácilmente, y mi vista tampoco era perfecta. Por eso me recreaba más en las nubes que en las estrellas. Sin embargo, no sabía qué pensamientos y emociones elegir. Me di cuenta de que tenía que definirme. Tanto entrenamiento zen de la conciencia, tanto eliminar los pensamientos negativos, tanto desbrozar el jardín de mi mente de las malas hierbas, tanta relajación, tanta visualización…

Puesta de sol sobre el terreno

Puesta de sol sobre el terreno

No sabía cuáles eran mis sentimientos. Los que tenía antes, o los que me había tratado de autoinculcar. Los viejos o los nuevos.. Me sentí a mitad de camino. Yo ya no era el de antes, pero todavía no era el futuro ser en el que me estaba transformando. Ni el doctor Jeckly ni Mr. Hide. Respiré profundamente la noche pero no supe si tenía que mirar la luna llena o anclar mi atención en la percepción del paso del aire por mi nariz, que por cierto, me estaba picando un poco.

(fragmento)