Si no estás funcionando como deberías, abstente de tratar de introducir en tu cerebro consignas para mejorar (como esta que acabas de leer).

Lee si quieres esos articulitos que se titulan con un número pero no les des demasiada importancia: 7 maneras de vencer a la desidia; mejora tu autoimagen en 7 pasos; 14 maneras de hacerte rico en dos patadas; las 4 aplicaciones que podrían cambiar tu vida; como acabar de una vez por todas con el hábito de hurgar en la las orejas cuando estás en publico…

Este tipo de enfoques antes estaban en las revistas para señoras mayores y se ocupaban de las manchas en los jerseys de lana, los problemas con los hijos, el marido, 4 acciones contra la flacidez del antebrazo… ¿Es eso lo que tú necesitas? Así no vas a resolver tu vida.

Ahora las señoras mayores casi no leen revistas y de la gente que vivía de esas cosas, el que no se ha jubilado ya, se ha transmutado en coach, consejero por internet, creador de sentencias zen para apoyar a los desparejados, y creadores de power point con cachorritos. Medio mundo está molesto porque el otro medio trata de aconsejarle. ¡Cuando el verdadero consejero debería ser él, que para eso compró un título! ¡Cuánto intrusismo! ¡Qué valor tiene la gente!

Yo lo hago también y no sé cómo no me da vergüenza