Mucha gente sensata, demasiada gente sensata, no se arriesga nunca a mostrar sus posiciones. Entonces quedamos en las manos de los peores. Vivimos una especie de rebelión de los necios: los estúpidos, los menos formados, los más radicales, los más gregarios, los más simples, los más sectarios, los manipulables… están sobrerrepresentados en la sociedad española de hoy, por culpa de que la gente sensata y capaz de pensar por sí misma no trata de ocupar su puesto y hacer oír su voz, ya que están calculando si les merece la pena significarse o no. Esto en una democracia es un problema gravísimo. Todos tenemos el derecho y el deber de opinar en igualdad de condiciones de respeto y atención. La sociedad está intoxicada por tonterías, medias verdades y falsedades rotundas. Si entiendes de qué estoy hablando, quizás deberías moverte. Pero ya.