Estoy un poco cansado de todo. De que sea la una de la noche. De sentir descontento. De estar contento también he llegado a cansarme. Hastiado de entretenimientos. Harto de aburrirme. De esperar y de pasar el rato. Maldigo los tiempos perdidos. Las oportunidades desperdiciadas. Lo único que no me enoja son mis equivocaciones. Han sido tantas que cuando lo pienso me dan risa, pero no sé de qué me carcajeo más, si de mis errores o de mis aciertos. Busco un timón en mi interior pero no tengo esta pieza. He comprado algo incompleto y seguro que no me dejarán cambiarlo. Si me pusiera a rezar, ¿a dónde irían las plegarias de un ateo? Unas veces se me vigila y otras no se me escucha. No obstante es ahora cuando se aproximan los años de indiferencia y hojas secas. Demasiado cansado de todo como para hacer algo con todo este material.